Transmedia Storytelling comienza a ser un término cada vez más familiar. La convergencia de medios posibilita el flujo de contenido a través de múltiples canales y esto nos lleva a la cada vez más creciente presencia de productos que denominamos transmedia. También nos lleva a encontrarnos con una maraña de conceptos en torno a lo que es la narración transmedia. Decía hace unos días en Twitter que comenzaba a sentir con la expresión Transmedia algo parecido a lo que ha pasado con el término 2.0 que se ha transformado en una especie de cajón de sastre para todo uso. No obstante buscando proyectos transmedia creo que “cajón de sastre” es más bien la tendencia a explicar el concepto transmedia exclusivamente dentro de los esquemas de la gran industria del entretenimiento que poco o nada parecen encajar con los perfiles de proyectos independientes y de recursos más bien limitados. Y si bien en los primeros hablamos de equipos multidisciplinares con diferentes responsabilidades, hablamos de nuevas figuras como “Transmedia Producer”, en los segundos hablamos de equipos reducidos, cuando no individualidades multifuncionales o proyectos que se sostienen por las aportaciones de la comunidad.

La narración transmediática tiene visos de ser más que revolución, una evolución natural de la comunicación estos tiempos de confluencia. Pensar que todo contenido terminará siendo transmediático responde a la simple observación del comportamiento de los medios y las formas de comunicar, pero también a la evolución de una sociedad cada vez más conectada. No obstante la práctica transmedia no parece sencilla de explicar y menos cuando el panorama se llena con propuestas para explicar su teoría y la estas a su vez, presentan muchos modelos aparentemente contradictorios. Tranquilidad, llegaremos al estado en que no se necesiten teorías porque el contenido transmedia terminará siendo la realidad cotidiana y no resultará entonces tan misteriosa, ni nos asombrará que alguien lance una parrafada sobre “tacos transmedia” o que se asocie a esta práctica las oportunidades para lograr un verdadero cambio social.

Por los momentos parece importante entender que existen diferentes tipos de transmedia (Behnan Kabbasi y Christy Dena aportan bastante sobre el tema), que no es lo mismo hablar de transmedia desde el concepto franquicia, transmedia marketing o transmedia nativa por hablar de tres de los modelos que hay sobre la mesa. Que no es lo mismo trabajar creando el mundo en torno a un producto terminado y propietario que ensamblar desde cero un proyecto nativo y por supuesto, que unos serán más atractivos a la financiación que otros.

Particularmente siento especial fascinación por los modelos nativos como Cathy’s Book, creo que son un ejercicio fantástico de creatividad y de narrativa en 3d (expresión que me parece bastante más adecuada que 360º), trabajos de participación masiva como World without Oil, pero también es interesante esperar el resultado de producciones como el Cosmonáuta que en tanto proyecto independiente, se maneja más dentro del concepto de Franquicia con un producto en torno al cual gira el desarrollo transmedia dejando paso, sin embargo, a la libre distribución y la cesión del material de la película a la comunidad. Interesante porque de ese producto central, saldrán nuevas propuestas, que no subproductos, que a su vez pueden generar su propio modelo transmediático.

¿Qué nos traerá el futuro transmedia?. El panorama se torna más y más interesante cuando sumamos cosas como la propiedad intelectual. ¿Estamos de verdad ante el inicio del fin del modelo propietario como se apunta desde algunos ámbitos académicos o de opinión?. Yo no creo. La franquicia transmedia responde al mismo sistema propietario del producto individual en torno al cual se estructura el mundo transmedia. En todo caso suena más razonable la incorporación real de nuevas formas de gestionar la propiedad intelectual con un sistema más híbrido y también más libre.

Sea lo que sea que depare el futuro, la única afirmación segura parece ser que el mismo será inevitablemente transmediático. Por lo pronto aunque asociemos más el modelo atado a marcas o la gran industria del entretenimiento, sospecho que generar proyectos transmedia será casi la única llave de financiación y distribución de los contenidos independientes. Y en un ejercicio interesante de democracia distributiva, compartir un espacio de fronteras cada vez más difusas con aquellos contenidos generados por la gran industria. Veremos…

Recomendado: Ya se ha mencionado aquí la tesis de doctorado de Christy Dena. Sinceramente creo que su aportación no sólo es brillante, sino que marcará otro punto de inflexión en el modo de entender el producto transmedia, sobretodo porque aporta mucho de valor en tanto aclara que transmedia no se limita al mundo del gran espectáculo, como a personas o grupos con recursos limitados y enfatiza la importancia de entender la practica transmediática en toda su amplitud asi como los puntos de confluencia o divergencia entre los modelos.

Créditos: la imagen pertence a la galería de Crystaljingsr que se distribuye con licencia CC