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Teorizando Transmedia: La Organicidad

Que lo medios actuales tienen una parte orgánica no es nada nuevo, lo sé. Existen muchos teóricos que explican los medios actuales mediante metáforas que tienen su origen en la naturaleza.

Por ejemplo, tenemos a Nicholas Negroponte, fundador y antiguo director del MIT Media Lab, que ya en 1995 afirmaba en su libro Being Digital que “un bit no tiene color, tamaño ni peso y viaja a la velocidad de la luz. Es el elemento más pequeño en el ADN de la información”.

También está el clásico, aceptado y trabajado concepto de la “Ecología de los Medios”. Ha sido utilizado por Neil Postman, Robert Logan, Marshall McLuhan… podríamos seguir enumerando, pero mejor lo dejamos en que la Escuela de Toronto tuvo mucho que ver. Como dice Milagro Cornejo en “El Hipertexto: El Medio Frío”, artículo publicado en el Nº68 de la revista Razón y Palabra:

De la relación que surge entre el hombre y las distintas tecnologías, se conforma un ambiente mediático, un complejo sistema de mensajes que impone al individuo ciertas formas de pensar, de sentir y de comportarse. La manera en que los medios afectan la percepción, el entendimiento, los sentimientos, los comportamientos y los valores es el objeto de estudio de la Ecología de Medios o Ecología Mediática (Media Ecology), una metadisciplina que explica la manera en que los símbolos, los medios y la cultura se corresponden entre sí y cuál es el contenido, estructura e impacto social que deriva de la interacción del hombre con los medios.

Es evidente que tampoco nos podemos olvidar del etnógrafo digital y fundador de la revista Wired, Kevin Kelly, y de su concepto de Vivisistema, publicado en su libro “Out of Control: The New Biology of Machines” de 1994, donde utilizaba el símil del enjambre de abejas o la comparación con las conexiones neuronales de nuestro cerebro.

Vídeo: Entrevista de Carlos Scolari a Kevin Kelly

Dicho lo dicho, expongo mi concepto de la organicidad de los medios. Como ya por todos es sabido -más vale-, dos son las cualidades que han producido el cambio en el ecosistema mediático: el digital y la reticularidad de Internet. Y yo me pregunto, ¿qué hay en la naturaleza que sea digital y reticular? De repente vienen a mi cabeza las clases de biología y el ADN, los cromosomas, los nucleótidos y las bases nitrogenadas. ¿Qué semejanzas podríamos encontrar?

¿Y qué podemos concluir de todo esto? Pues podíamos afirmar como dice Kevin Kelly que “Los vivisistemas, como las economías, las ecologías y la cultura humana a duras penas pueden controlarse desde cualquier posición… En la tierra no hay una plataforma externa desde la cual se pueda echar una mano inteligente al vivisistema, ni hay un punto en su interior con un dispositivo aguardando a que se le active».

O como digo yo, ¿cuántas formas de vida diferentes surgen del ADN? Se nos escapa, aunque lo sepamos, se nos escapa, es inabarcable, como la cultura. Luego el ecosistema mediático actual nos lleva a una situación que no puede ser controlada. ¿Y qué significa esto para los creativos? Que si antes teníamos X elevado a 3 incógnitas, ahora X elevado a N; esto es, las posibilidades de creación son inabarcables, tenemos un mundo nuevo de casi infinitas posibilidades ante nosotros.

Otra cosa es el papel de los mediadores en ese proceso, pero eso lo dejamos para otra entrada.

Tiene gracia, estamos tan acostumbrados a mirar con el catalejo del conocimiento, allí, lejos, donde nadie más llega, lo que casi no se ve; que muchas veces no vemos lo que tenemos delante, justo ahí, mirándonos. Hemos repicado la estructura de funcionamiento del ADN como medio de comunicación.

Las lecturas, las consecuencias, son muchas, no queremos simplificar, por ello las iremos viendo en las sucesivas entradas.