Aquí os dejo el enlace al resumen de la reunión de TEN (Transmedia Europe Network) que tuvo lugar en el pasado Festival Internacional de Cine de Rotterdam.
Es la versión traducida del post sobre Transmedia Europe Network de Rotterdam, publicada originalmente en el blog de Filmin.
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Procesos Creativos
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«Internet es tan grande…». Hace una semana recibí un correo de Xavi Fontana invitándome a un café con él y el director de Invisibles, Gustavo Palacios. Internet es, en efecto, muy grande, pero hemos coincidido en un espacio compartido por el interés en la webserie, y más allá de esta, en la búsqueda de otros formatos de narración y producción audiovisual. Confieso que llegué a ese café con tanto interés como perspicacia ya que, a pesar de lo atractivo de la idea (un thriller internacional, bilingüe, con actores maduros, en el panorama actual de la webserie), Invisibles no es un producto transmedia.
Palacios, director y guionista, insistía sin embargo en el potencial colaborativo de su proyecto: le interesa, tanto a él como a Fontana, «el hecho físico de poder hablar». Comenzó su primera temporada adaptando la producción _y por lo tanto, la trama_ de Invisibles a las circunstancias que les surgían. Llegar a Estambul y rodar en las localizaciones que un equipo desconocido, contactado a través de un primer email, había seleccionado. Con actores que nunca habían ensayado con Fontana, en un inglés mal hablado a propósito, el inglés del turista y del comerciante. Un viaje sobrevenido a Buenos Aires ha determinado la trama de la segunda temporada.
Del mismo modo, los recursos determinaron el formato, como en la mayoría de las webseries, pero también les atraía la inmediatez y la prolongación de la vida del producto, algo que muchos hemos ido descubriendo casi de manera empírica. A Invisibles no la condiciona, por ejemplo, el jurado de un festival de cortometrajes, pero tampoco la posibilidad de un contrato con una marca, o una TDT, como a otros productos de Internet. Sin embargo, la inmediatez les ha llevado a 4000 descargas en Vodo.net y a mantener una conversación constante en Twitter con un número de seguidores creciente, y hablan de ello con algo de vértigo.
Percibí también cierta aprensión por parte tanto de Palacios como de Fontana a la narración multiplataforma. Palacios habla, casi de manera obsesiva, de «aferrarse a la historia en un tiempo que niega la narración». Que tanto Fontana como yo respondiéramos «¡The Artist!» al momento de oírle hace pensar que, como poco, esa obsesión por la idea de la historia es compartida.
Comprendo el miedo a perder el control de la historia usando transmedia. Es un miedo que resulta bastante común en otras producciones. Probablemente, quienes hemos empezado a hacer transmedia desde la narrativa audiovisual monoplataforma vemos las iniciativas de marca con cierto prejuicio hacia eso que muchos llaman despectivamente hacer lo del marketing; pero el hype alrededor de la narrativa multiplataforma engorda ese prejuicio.
Yo no pretendo decidir qué es narrativa transmedia y qué no lo es: bastante tengo con arreglármelas para saber qué es narrativa y qué no. Pero creo que se podría especular con qué transmedia sería útil para un producto Presupuesto Cero como Invisibles, o cómo agarrarnos a una historia con más de una mano.
A través de los viajes
Si Gustavo Palacios habla de cuán determinantes son los desplazamientos para el desarrollo de Invisibles. Mi primera sugerencia sería trabajar con esos viajes: ofrecer un mapa con el itinerario de la aventura de Daniel, el protagonista de la serie, que además de funcionar como asiento narrativo para el espectador, sirva como elemento estético e imagen de la serie.
Sin embargo, no les aconsejaría mapear la historia utilizando herramientas como Google Maps en crudo, sino generar imágenes con estos e integrarlas en otras dentro del blog de la serie: la pérdida de interactividad que conlleva se equilibraría con un mayor control estético sobre el mapa que se acercara más al género negro de la trama. Narrativamente hablando, el itinerario de Daniel (y también el de los creadores) tiene más que ver con la impresión de extrañamiento que con «descubrir» lugares. Como en todo producto de larga vida, nunca puedes saber en qué devendrá, y si una marca de turismo se interesará por patrocinar a Daniel, pero no es esta estrategia de venta la que tengo ahora en mente.
Información adicional
No soy aficionada al noir, y por lo tanto suelo hacer un esfuerzo extra cuando veo este género. El thriller ataca directamente a la razón, al menos mucho más que a la empatía de otros. Jugar con los datos siempre será agradecido por seguidores tangenciales como yo misma, y ofrece la posibilidad de la ampliación narrativa: los fans de The Wire han hecho wikis (y también mapas), pero Invisibles llama al relato. Una reflexión curiosa, pues ambos productos comparten género y tienen muchos puntos estilísticos en común.
Es habitual en la teoría narrativa dividir las series en productos de trama o de personajes. Invisibles se decanta claramente por la primera, pero la posibilidad de profundizar en los datos, si se hace en forma literaria, nos permite también aprovechar a los personajes. Aprovechar es un término que los creadores de Invisibles utilizan a menudo: aprovechar los viajes, aprovechar los actores, aprovechar material para crear un vídeoclip. Profundizar es también aprovechar los recursos narrativos y darles una vida diferente. Podríamos especular con la posiblidad del relato colaborativo, pero las acciones participativas se construyen paso a paso, igual que las comunidades, y eso, en Invisibles, está actualmente en pleno proceso de construcción. Si quieren explorar el relato participativo, el equipo de Invisibles tendrá que empezar por el relato a secas.
Desaconsejo multiplicar las plataformas en el caso de Invisibles, dado que sus recursos son limitados en todos los sentidos. Sin embargo, las opciones que yo he planteado aquí son una o dos de todas las opciones posibles: las he escogido porque permiten mantener el control sobre la historia, eso que a Palacios (y a muchos otros) le importa sobre todas las cosas.
(Invisibles ha comenzado su segunda temporada: puedes seguirla en Facebook, Twitter, y en su blog).
Hace un año publiqué aquí el post breve Juguemos, dedicado al cortometraje. Había terminado la secuenciación y diálogos del corto Canción para principiantes, de Carlos Campillo. A la vez había empezado a colaborar en NT, por lo que propuse al director generar una pequeña estrategia transmedia. Creé el blog Barnabocatas, que amplía la trama e introduce un personaje nuevo, un narrador-testigo. Además se proponía como una anti-guía de bares, ya que el guión se desarrolla en la taberna más cutre de Barcelona, de la circulación del cortometraje una vez estrenado. Me dejaron asumir el riesgo de hacer publicidad precisamente criticando, pero el mercado del corto te permite ir a la contra. En gran medida, el corto es todavía el único medio donde la contestación se convierte en marca.
Y ahí se ha quedado el blog, esperando que el corto acabe de salir de la sala de montaje.
No le falta razón a Gonzalo Martín cuando me insiste en que no entiende el corto, en cuanto producto, en el panorama audiovisual presente. Y sin embargo yo acabo de dirigir uno. Con 2oo euros, un guión de tres folios y sin más remedio que pedirlo todo prestado, no podía arriesgarme a crear un universo serial y dejarlo colgado a los dos capítulos y medio. Mi historia empieza y termina en cuatro minutos y 28 segundos.
Hace cinco años la estrategia de distribución de los cortometrajes pasaba por los festivales, Canal Plus y algún bar. Tras la aparición de Youtube, muchos productores empezaron a difundir directamente. Algunos hablan del efecto Notodo: cortos más cortos, más sencillos pero más contundentes dramáticamente, y de fácil viralización. Yo no me atrevo a definir todo el panorama (ni siquiera todo el archivo Notodo cumple el efecto), pero en todo caso los cortos ya no son «películas en pequeñito» sino el reflejo de un paradigima audiovisual más amplio. Y puede que hoy, la estrategia de difusión de un corto suponga convertir el corto en otra cosa.
En el caso de este último, la estrategia es pasar por la desvirtualización antes que por Internet. Tampoco es del todo mía: el equipo empezó a bromear con la idea de una secuela a la vez que empezábamos la (todavía casi inevitable) ruta de festivales. Surgió la posibilidad de buscar el argumento de forma colaboraitva, algo que no es nuevo ni de lejos. Pero no hemos utilizado Internet como plataforma, sino esta postal. Va incluida en los DVD que distribuimos, y la hemos repartido entre los asistentes de los tres festivales que llevamos.
Es precisamente el carácter artesano y casi familiar de este juego lo que me atraí: buscar el fenómeno, la viralización, puede funcionar (o no) pero petarlo no estuvo nunca en el plan. Siempre hemos sido conscientes de nuestras expectativas: sencillez, brevedad y resolución.
No queremos miles de propuestas argumentales sino crear una comunidad pequeña, de la que recibir un feedback rápido, plantear una propuesta a nuestra vez, y, tan importante o más, consolidar una red de colaboradores. Personas con una visión similar, ganas de rodar y tan escasos de medios como nosotros hace cuatro meses. Como objetivo secundario, la posibilidad de convertir el trabajo de partida en algo mayor. Pero de cumplirse éste, cada etapa del proceso creativo tendría que incluir nuevos elementos cruzados: no tendría sentido crear el producto y luego «buscarle algo transmedia».
Transmedia como retribución
Por otra parte, en un contexto como este, siempre se deja en el aire la cuestión remuneratoria, cuando no se da por hecho el trabajo gratis. Y no es verdad: trabajar sin sueldo no significa trabajar por nada.
Prolongar así la vida del proyecto puede suponer una forma de compensación para un equipo que madruga, no come o come bocatas de mortadela, gata coche y como mínimo invierte en nosotros varios fines de semana. Todo lo que lleve su esfuerzo más allá de una bobina o el catálogo de un festiv al es una muestra de respeto. Un refuerzo del carácter colectivo (y por ende, de comunidad) de cualquier obra.
Del mismo modo, antes de llevar a cabo cualquier actividad colaborativa, conviene tener clara la compensación. Juego significa recompensas: no darlas al buen jugador es no saber jugar.
En realidad esta simulación se basa en un sólo concepto: familia. Trabajar en pequeña escala sin buscar el hype, pero permitiéndonos explorar diferentes formas de desarrollo. Para que, incluso en el peor de los casos, el espíritu de «muestrario» quede manifiesto de forma integral y no sólo en un DVD.
Hace una semana escasa presenté un briefing transmedia que el director del proyecto calificó de garabato de dos folios, no porque le pareciera malo, sino porque no era un guión en Courier New como dios manda y además, había empezado por el final. Lo había hecho al revés.
Más o menos el mismo día supe, a través de Javi de Ríos, de la existencia de Pompas de Papel. Aquí tienen su presentación, y aquí una selección de sus camisetas:
No son los primeros que venden camisetas literarias. Lo que me ha llevado a dedicarles este post es que, en este momento en que la narración multiplataforma se utiliza, fundamentalmente, para colocar un producto tradicional en mercado, ellos también han hecho el camino al revés.
Pompas de papel no hace camisetas para vender libros (lo cual estaría muy bien), ni tampoco para vender su propia marca de diseño (lo cual también estaría muy bien). Pompas de Papel quiere hacer literatura. Difundir literatura, concretamente, y literatura hiperbreve siendo específicos. Y han pasado (casi) de la convergencia digital para imprimir, y vender, las obras que seleccionan en camisetas. Es cierto que no sólo venden camisetas con hiperbreves, y que además diseñan para otros. Pero su colección principal, en torno a la cual están desarrollando, además, un minucioso trabajo de comunidad, es esta que ven.
¿Y qué ventajas le veo yo a esto? Fundamentalmente que han conseguido algo que yo, que llevo unos meses queriendo converger productora transmedia, todavía no he cuadrado: un producto controlable. La originalidad es importante, sobre todo si quieres presentar tu producto en la Red, pero si no eres Sony más te vale concentrarte en algo que puedas sacar adelante tú solo y en un plazo de tiempo que no te coma la moral además del presupuesto. Las camisetas son suyas, el diseño gráfico también: los relatos no todos, pero también han conseguido otro logro con ello, el contacto directo con los escritores.
Trabajo con un compañero, ilustrador, con el que quiero sacar adelante un proyecto personal. Hemos hablado de crear una versión camisetera de sus dibujos, pero fue una idea a posteriori, como casi siempre que pensamos en este producto. Esto lo habrá dicho más de uno: «además podemos sacar camisetas» (y quien dice camisetas dice calendarios o todo el catálogo de Café Press).
Me preocupa la creciente identificación de transmedia con marca, en el sentido de que muchos parecen utilizarlo para vestir un producto audiovisual (spot, película, serie) o alargar su vida útil; y no como elemento del producto. Algunas obras transmedia que intento analizar aquí adolecen de esto, y resultan, como poco, inconsistentes. A eso me refería cuando decía que Pompas de Papel hace un recorrido al revés. La camiseta no es para luego, para el marketing (esta también es un clásico). Es un soporte más desde el que parir una obra. Y además, crea modelo de negocio. Lo demás no es transmedia. Es humo. O garabatos.
He tenido noticia a través del blog de Profesionales Digitales de lo que al parecer viene a ser «la primera novela transmedia en español«. Una novela que se titula «El silencio se mueve«, escrita por el reconocido escritor Fernando Marías.
A mi juicio, la literatura negra, las historias de misterio, los relatos policiacos y los thrillers son muy susceptibles de convertirse en experimentos transmedia, sobre todo a la hora de facilitar la inmersión del lector en la narrativa, porque el hecho de tener que resolver enigmas y buscar pistas facilita la participación directa del lector en la historia. Aunque, evidentemente, no es un requisito obligatorio para diseñar una narrativa transmedia, el caso que nos ocupa sí se enmarca dentro de ese género literario.
El argumento de la novela de Marías gira en torno a los enigmas que rodean al investigador Juan Pertierra, que posee la habilidad de escuchar el silencio, heredada de su padre. Tras la muerte de éste, el investigador atraviesa un mal momento, y es cuando recibe la visita de Liza y Lisa. Por lo que he podido leer, Lisa (hija de Liza) desaparece misteriosamente de cuando en cuando, «viajando en el silencio». A la vuelta de sus viajes esboza siempre los mismos dibujos.
La novela, si es que puede llamársele así, emplea diversos elementos narrativos, como varios relatos cortos, un cómic, varias páginas web e incluso un número de teléfono al que el lector puede llamar para saber más sobre el personaje.
En contra del «buzz» y en favor del inversor: conclusiones del think tank de Power to the Pixel
4 commentsPower to the Pixel, probablemente la organización más conocida para la exhibición y promoción de proyectos de entretenimiento de la era digital ha publicado las conclusiones de su think tank con practicantes de lo que se está llamando transmedia.
El documento repasa aspectos como el problema de las definiciones y conceptos, la forma de desarrollar esta narrativa, el desarrollo de la involucración (engagement) de los usuarios como clave, además, para la obtención de financiación especialmente cuando se involucra a marcas, la captación de esos dineros, las capacidades y habilidades necesarias para llevar estos proyectos a cabo y, finalmente, algunas ideas para conseguir que este género despegue.
A destacar: se aspira a poner fin a la confusión terminológica que suponen las palabras crossmedia y transmedia para vindicar su uso indistinto. En citas literales, «no por usar internet se está frente a algo transmediático» o no se trata de hacer «un check list de medios: Twitter, Facebook, página web..» sugiriéndose un equilibrio adecuado de la tecnología y no la tecnología por la tecnología.
Narración y vinculación de los espectadores son elementos comunes. Un representante del National Film Board de Canadá pide a los creadores que sean capaces de describir la experiencia de usuario en una única página. Se pide que el movimiento entre distintas plataformas y usos no sea forzado sino que surgen razones urgentes para que quien sigue la historia encuentre la necesidad de moverse entre ellas.
Se propone revisar la vieja idea de «autor» como «director genial, visionario solitario», una imagen «fuertemente incardinada en la cultura cinematográfica, especialmente en Europa». El grupo de expertos considera que esa visión de la autoría es un mito, pues la creación de películas siempre ha sido un proceso colaborativo.
Para buscar la viabilidad comercial, se señalan simultáneamente los problemas de medición de audiencias junto con la importancia de los datos, datos que deben ofrecer visiones de lo que sucede que no se centren en la mera contemplación de la medición tradicional de los medios que conocemos por buscar indicadores del grado de vinculación y compromiso del usuario con la obra. Un aspecto que se reconoce difícil y poco conocido.
La financiación se reconoce como el aspecto más difícil junto a los conflictos de derechos. Para los distribuidores clásicos, el control es un problema esencial, para un anunciante la difusión es lo esencial. Se constata la carencia de historias de éxito y modelos claros que llevar al potencial financiador, con dosis de riesgo poco aceptables y retornos no claramente medidos.
Finalmente, se buscan planes de acción. Esas ideas se centran esencialmente en el intercambio de datos entre los practicantes de la industria, la educación al mundo de los medios sobre estas formas narrativas y ciertos soportes públicos de dimensión internacional para llevarlos a cabo.
El autor lo define como «la capacidad de unificar una historia al servicio de una causa». Otra forma de síntesis que ofrece es el sumatorio «historia transmedia» + «sin ánimo de lucro». El artículo de Story Playing argumenta que al carecer de un gran presupuesto de comunicación, las organizaciones no gubernamentales tienen claro que la capacidad de involucrar al público en su historia es esencial para reclutar y mantener a sus seguidores de modo comprometido y que esa fuerza es mucho mayor cuando el público se convierte en cocreador de la historia.
El proceso de cocreación se ilustra con diversos ejemplos, el proyecto Resist Network (donde participa Gael García Bernal), la recreación de Avatar de los Palestinos de la aldea de Bil’in, o la recaudación de dinero para las víctimas de Haití conducida por los fans de Harry Potter.
El proceso de construcción de historias se ilustra con el gráfico adjunto que parte de la idea de compartir historias y habilidades para crear un trabajo conjunto que genere un estado de satisfacción que conduce a cambios significativos.
Ponencia de Juan Freire en el Festival Vivamerica acerca de las narrativas digitales: «las nuevas narrativas son colaborativas y transmediáticas». La ponencia emplea el ejemplo de Pokémon como paradigma:
Para ilustrar esta idea podemos utilizar Pokemon como ejemplo de narrativa transmediática (ver New Media and Its Superpowers: Learning, Post Pokemon, deMizuko Ito): múltiples personajes en diversos canales online y offline (películas, videojuegos, web, cómics, cartas, juegos …). Las historias apenas se esbozan y es el «consumidor», los niños en este caso, el que las construye a partir de una base de personajes extraordinariamente diversa y compleja. Este modelo contrasta radicalmente con las narrativas convencionales «para niños»: pocos personajes con características simples e historias largas (por ejemplo, los Teletubbies)
En su blog puede leerse una amplia explicación del contenido de la intervención, que puede contemplarse al completo en vídeo.
En el post anterior traté de describir el proceso y las decisiones que me llevaron de hacer una traducción de uso interno a reeditar el manual completo utilizando hipermedia. Dejé para hoy los diferentes capítulos.
La primera parte de This is Kendo trata sobre historia y conceptos: con ella usé mapas y entradas de referencia. La segunda parte, dedicada a las técnicas, requería una aproximación diferente: una vez descrita e ilustrada la técnica, no es necesario ampliar texto. El recurso que necesitábamos era, obviamente, el vídeo.
En ambos casos el problema principal era el criterio de selección. Cada vínculo tenía que ser cotejado: las fuentes debían tener un reconocimiento similar al de los autores o no habría diferencia con las addendas amateur que yo misma decidí no incluir. Obviamente, un mapa de las prefecturas de Japón de Wikimedia no deja espacio a la duda, pero con la Batalla de Sekigahara surgían al menos tres problemas:
¿A qué fuente llamar?
¿Escoger el idioma inglés (¡o japonés!) cuando estamos traduciendo al español?
Y sobre todo: ¿conviene enlazar o no la referencia? Un exceso de enlaces podía convertirse en ruido.
La primera pregunta se resolvió utilizando una fuente genérica (Wikipedia) para las referencias genéricas: mapas y periodos históricos. Si el artículo de Wikipedia en español estaba wikificado, se prefería a la entrada en inglés: después de todo cada entrada en español refiere a la correspondiente inglesa. En caso de no existir la entrada, se utilizaba el artículo en inglés.
Para las referencias específicas, nombres de personalidades, armas, y escuelas marciales antiguas, busqué un repositorio específico. Afortunadamente, desde hace años existe Samurai Archives, un proyecto colaborativo sobre Historia del Japón que tiene su propio wiki. Precisamente, acaban de protestar en Twitter del trasvase de sus archivos a Wikipedia sin acreditación: de nuevo el problema de la autoridad de las fuentes. No había resuelto el dilema del idioma, pero siendo los Archives la fuente más completa de la Red, preferí dar a los lectores la oportunidad de leer los artículos; y si lo necesitaban siempre podrían usar un traductor web.
El caso de las personalidades requería otra reflexión: es básico para un kendoka saber quién era Miyamoto Mushashi, pero no Suiko Tenno… aunque por el mismo motivo es mucho más probable que los lectores de este libro sepan ya lo primero y no lo segundo. Para no saturar limité las referencias a un enlace, salvo en nombres fundamentales.
Vídeo
El problema de la autoridad de la fuente se manifestó de verdad con los vínculos a vídeo. Hay 9000 entradas en Youtube con el descriptor «kendo». El trabajo consistía en evaluar técnicamente la imagen y la calidad de la ejecución del ejercicio. Afortunadamente, hay dos documentales disponibles legalmente en el tubo: la serie producida por la Federación Japonesa, máximo organismo del kendo (y actualmente descatalogada); y Perfect Master, ella misma un producto multimedia: cinco libros y DVD dirigidos por Masashi Chiba sensei, maestro reconocido internacionalmente.
Como curiosidad, añadí dos documentos históricos rodados en los años 30 y puestos en la red por aficionados japoneses, sobre los últimos Décimo Dan: un grado que actualmente no consta en poder de ningún kendoka.
Lamentablemente, por cuestiones de derechos no pudimos incluir ningún vídeo de la innumerable cantidad de cine y obras de ficción relacionadas con los personajes de este libro, tan sólo referencias editoriales y links IMDB. Una falta que espero no sufran otros proyectos en el futuro.
Libros dentro de un libro
- Y esto también
La bibliografía original de 1964 tuvo que ser ampliada y revisada, al no existir ni siquiera copias disponibles de algunos libros previos a la Segunda Guerra Mundial. Me encontré ahí con la sorpresa de que otros dojos (escuelas) de Europa habían intentado recopilar algunos de estos textos y traducirlos: The Kendo Reader, disponible gratuitamente en la web del centro Yaegaki-kai de Bruselas, es una traducción del primer manual moderno, publicado en 1939.
De esta manera, con algunas referencias no enlazamos entradas, sino obras completas disponibles en línea. El caso del profesor Eduardo Camps, de la Universidad Central de Venezuela, o de obras literarias de dominio público: Kojiki, el equivalente japonés al cantar de gesta. Y nuevamente la dificultad de la autoridad: decidí no incluir las versiones en línea del Libro de los Cinco Anillos, el texto canónico de la espada japonesa (1645), al no tener ninguna de ellas referencias de traducción (en algunas ni siquiera figura el traductor). Sin embargo, la edición clásica en papel goza de confianza y es perfectamente asequible.
Por último, quedaba por decidir cómo volcar toda la información hipermedia al papel. El procedimiento fue tan sencillo como convertir las referencias a direcciones fáciles de recordar utilizando tinyurl: tinyurl.com/prefecturas, tinyurl.com/kojikiESP.
Los formatos en los que hemos decidido distribuir el trabajo son PDF y EPUB, para abarcar todo el espectro ordenador-ereader-tablet. Se ha hecho una tirada limitada en papel y DVD conmemorativa del Campeonato de España de Iaido 2010, para regalar a nuestros profesores; y queda por resolver si la distribución del trabajo será proactiva o reactiva; algo bastante complejo, teniendo en cuenta que hablamos de una obra que no tiene compromiso de publicación en España, y cuya última edición original data de 1989, sin que haya vuelto a reimprimirse. ¿Querría algún organismo secuestrar el trabajo, o por el contrario, serviría para que una editorial decidiera hacerse cargo de este trabajo, una vez hecho pro bono?
En cualquier caso, si haces kendo y deseas un ejemplar para tu escuela, puedes dejarme tus datos.
Créditos: fotografía superior cedida por Gerardo Amechazurra.