Llevo tuiteando un par de años. Al contrario que otros usuarios a quienes sigo, no tengo un perfil como twitera, del mismo modo que no lo tengo en mi blog personal.  Puedo usar mi cuenta para transmitir una alerta, indignarme, hacer un chiste, seguir un hashtag o pedir material para un corto. Twitter me ha resultado muy útil profesionalmente, pero más aún como creadora:  es lo que una de mis usuarias favoritas define como jugar a twitter. Una competición de creatividad espontánea, comunitaria y efímera. No sólo tienes que ser breve o imaginativo sino rápido. Ganarás followers, serás retuiteado, gracias a tu ingenio. El premio del twitero es perdurar.

Hace unos posts surgió una interesante discusión sobre el uso de twitter como herramienta transmedia. Confesaba yo que ninguna de las iniciativas que he seguido hasta ahora me convence del todo, a pesar de que creo que twitter es la red social más creativa a día de hoy. Y, tal como dije en mi comentario, creo que no tenemos en cuenta su carácter efímero.

La también efímera Dollhouse utilizó, tarde, Twitter como plataforma viral. Uno de sus secundarios, el senador Daniel Perrin, fue filtrando unos memorandos de la Corporación Rossum _donde transcurre la trama_ a lo largo de la segunda temporada. Como casi todo en Dollhouse, el twitter de Perrin se quedó a medio camino y no sirvió para salvar la serie. El experimento duró un par de semanas y Mutant Enemy apenas ha dejado rastro de lo que, a mi parecer, fue una de las aportaciones más interesantes de la serie, precisamente porque tenía en cuenta la rapidez de twitter y porque estaba vinculado al personaje y no a la trama de ningún episodio.

El Twittersodio de Community

Lo  más común, en las relaciones twitter-televisión, suele ser precisamente lo contrario. Utilizar twitter para que, precisamente por su ligereza, se puedan dar pistas sobre misterios sin que se note demasiado la fuente. O desarrollar la trama a través de una cuenta.

Community promocionó su segunda temporada este año acuñando la palabra twittersode para su première. En realidad se trataba de un previo de los personajes de la serie, a la expectativa de lo que se les venía encima en los próximos episodios. Asistimos a una auténtica conversación, que es lo que, en definitiva, es twitter.

Detalle del último twittersodio de El Barco

 

Los twittersodios de El Barco, simultáneos a la emisión de cada episodio, han ido en una dirección similar, pero vinculados a la trama. Los personajes la comentaban a la vez que sucedía.  Alguna vez introducían información, pero no mayoritariamente. El hecho de que además promovieran como único hashtag #elbarco me provocó más confusión que otra cosa, aunque no parece haber sido un problema para los 14234 followers de la cuenta oficial de la serie.

Sin embargo, yo sigo teniendo reparos a vincular twitter a la trama para crear contenidos transmedia. La inmediatez de la que hablaba, pero también todas sus posibilidades creativas, me llevan a relacionarlo directamente con el personaje, como intentaron hacer en Dollhouse y como desarrollaron el twittersodio de Community.

En realidad, muchos twitteros a los que sigo son más personajes que micro-bloggers. Y si, además, los personajes del Estrella Polar estaban precisamente jugándose el pellejo dentro del velero, ¿por qué elegir la hora de emisión para hacerles tuitear? Si de lo que se trata es de crear Trending Topic, los fans de la serie demostraron hacerlo de maravilla al modo ¿tradicional? comentando en directo. Lo cual también es contenido transmedia, colaborativo, y como el propio twitter, espontáneo.

#yoconfieso que soy fan de Felipe y Letizia, la miniserie de Telecinco que pasó der ser un drama romántico a vodevil chanante a twittazo limpio. No encuentro un  ejemplo mejor de cómo la participación muta un producto, y más aún cuando el producto original no tenía vocación transmedial alguna (aunque el «milagro» se quede en lo creativo, porque los resultados no variaron gran cosa). En este sentido tenemos una posible respuesta a la pregunta que me hacía al principio: ¿qué hacemos con Twitter? Probablmente, no podremos hacer ni más ni menos que lo que quieran los twitteros.