Es una teoría-guadiana de la Red: “la tecnología acabará con la lengua escrita” “No, actualmente se lee más que nunca”… y eso sin echar mano de cómo los readers matarán la industria editorial. Todos lo hemos presenciado, tuiteado y posteado lo bastante como para no volver ahora sobre el tema. Estos son unos pocos ejemplos de los nuevos usos de la literatura en experimentos multimedia y nuevas aplicaciones.
No he tenido tiempo todavía de probar Quilliant.com, una red social específica (¿vertical?) para escritores. Pone en contacto a sus usuarios con otros afines por obra o género. No “innova” sobre el concepto de taller literario, pero facilita, además del encuentro, varias vías de exposición de la propia obra. Sin embargo, no es una ventana de publicación: los usuarios pueden corregir in situ, ofrecer alternativas de expresión y marcarte las faltas de ortografía.
Gracias a @RomeroCalero supe de La Vuelta al Mundo en 80 Cuentos. Es un experimento de la plataforma de profesores EducaConTIC y lo mejor que tiene es su sencillez: un mapamundi público en Googlemaps con enlaces a sus historias más populares, fragmentos literarios o, como en el caso de Guinea, a la canción de la película Kirikú y la Bruja.
A finales de septiembre se lanzó Haiku Hero, juego online, independiente y gratuito para PC consistente, tal cual se llama, en hacer haikus. No sólo hay que ser un poeta inspirado y saber inglés: el reloj corre en contra del jugador. Y el nivel de dificultad se incrementa al tener que incluir palabras por obligación como “magazine” en versos de… cinco sílabas. Es más sencillo de lo que parece a primera vista, y altamente adictivo.
Juzguen ustedes mismos sobre la buena o mala salud de la palabra escrita. O sobre su calidad, que es otro debate intermitente.